Como ya dijimos otro día, el cine es un extraordinario documento social para entender buena parte del Franquismo. Debido a la censura existente, el mundo de la cultura se resintió y sólo mostró su cara más lúdica y menos comprometida. Quizás sea esa una de las causas del extraordinario desarrollo de la comedia, con directores como José María Forqué, Pedro Lazaga, Mariano Ozores, Vicente Escrivá o José Luis Saenz de Heredia.
Con las mismas pautas, y a veces con historias muy similares, se fue estableciendo un género de comedia genuinamente español, que hoy llamamos españolada, y en el que el español parece reirse de sí mismo, enfatizando sus rasgos más grotescos, y enorgulleciéndose de sus miserias.
Curiosas películas estas que, en el campo de las migraciones exteriores, tan comunes en España desde finales de los 50, tienen también su reflejo en obras como Vente a Alemania, Pepe. Dirigida con Pedro Lazaga en 1971 y protagonizada por Alfredo Landa y José Sacristán, supone un buen documento de su tiempo, al margen de toda valoración estrictamente cinematográfica.
En este fragmento observamos al español medio estereotipado en el personaje interpretado por Alfredo Landa: Bajito, con pocas luces, algo vago, mujeriego y un poco machista. El retrato no se aleja tanto de otros arquetipos más actuales, pues aún nos cuesta aprender idiomas y nos queda un poquito del complejo de inferioridad respecto a Europa. Afortunadamente, el tiempo ha pasado...
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